Tantos días de lluvia ya la tenían harta.
Se cansó de tal manera que un día revoleó el paraguas al medio de la calle.
La lluvia no se cansó más y continuó cayendo. Se acordó de su mamá; de cuánto la había retado por llegar empapada a la casa y además haber ‘perdido’ el paraguas. Así que no eran tiempo de faltar a la escuela por más charco de un kilómetro que interrumpiera el paso.
Por un momento no se sintió ridícula con el piloto que, enojada, su madre había sacado de una caja archivada en el galponcito.
Por un momento se sintió la NIÑA RANA, ¿el barro? ¿Los charquitos? Ya no eran problemas.
esto no es dream fiction, pero es lindo. la carita de la nena quedo muy bien.
ResponderEliminarbeso
laura
¡Me encanta!
ResponderEliminarMe gustó esa vuelta de que por lo rara se dejó de preocupar por los charquitos y la lluvia.
Ojalá y aprenda, esa nena, que mojarse por la calle, chapotear e importarte un bledo lo que digan los demás (incluso tu vieja), es lo mejor :D
Siempre que llueve y voy a algún lugar con paraguas y después, al momento de regresar a casa, paró de llover... ME OLVIDO EL MALDITO PARAGUAS!!! odio olvidarme el paraguas y darme cuenta de eso cuando ya estoy en casa o peor... cuando vuelve a llover a los 14 días! grrrr
ResponderEliminarMe gustó esa nena
Laura: Me gusta que te parezca lindo.
ResponderEliminarMartina: Y ni que hablar de jugar al fútbol debajo de un torrencial, con el barro hasta las rodillas y ganando 2 a 1.
Sabina: ¡Qué cosa bárbara con ese maligno paraguas, eh! ;)
Muchas gracias por pasar.
Las historias infantiles protagonizadas por nenas intrépidas e ingeniosas siempre son muy interesantes, ¿no? Además tres mujeres consecutivas han comentado ¡je! Se ve que llamó cierta atención al grupo femenino.
Saludos!
Mi escaso conocimiento sobre las historietas me permite deducir que no son pocas en las que la o el protagonista es una niña o un niño.
ResponderEliminarTu deducción, Sabi, no falla. Hay varios sí.
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